Namasté

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Namasté , "La luz de Dios en nosotros, celebra su presencia eternamente en nuestros corazones"

miércoles, 25 de febrero de 2015




                                                           DESDE LAS PLEYADES





CREANDO DESDE EL CORAZÓN
Por Drunvalo Melchizedek (Extracto Viviendo en el Corazón)

Las personas hemos hecho oraciones a Dios para cambiar las circunstancias del mundo externo desde el principio de nuestra percepción de la existencia de Dios, pero parece que Dios no siempre escucha nuestras plegarias.

¿Por qué? Alguna vez te has hecho esta pregunta: ¿Por qué no nos da Dios lo que le pedimos? En la Biblia se nos dice: "Pedid y se os dará" pero de todos modos no sucede. Puede ser que lo siguiente les dé la respuesta.

Hablemos acerca de creación y crear.

Se nos enseña tanto en la escuela como en casa que estamos a merced de los elementos y los efectos del azar en las leyes de la física . Y por supuesto, si crees que esto es verdad, estás limitado por esta creencia y se convierte en tu realidad.

Pero hace mucho tiempo la gente no pensaba de esta manera.

Creían en un lado espiritual de la realidad donde el espíritu humano podía cambiar la realidad externa con una intención interior. En The Isaiah Effect (El efecto Isaías) Greg Braden reporta cómo en 1947 los arqueólogos encontraron un documento cerca de los Rollos del Mar Muerto llamado el "Rollo Isaías". Este antiguo Rollo Isaías describe cómo los humanos tienen el poder de influenciar las posibilidades futuras y las profecías y cambiar el mundo que nos rodea desde el interior de nosotros.

Hoy nuestra cultura tecnológica piensa que eso es una fantasía.

Pero, ¿lo es? Si no podemos influenciar el presente y el futuro, entonces todo lo que Jesús nos dijo debe ser falso. ¿No llevó Jesús a cabo increíbles hechos, como cambiar la estructura molecular del agua en la del vino?
También regresó a una persona de entre los muertos y lo hizo ¡vivir de nuevo!

La ciencia moderna cree que esta clase de historias son sólo eso, historias, porque no hay ciencia que dé soporte a estas ideas.

Jesús nos dijo: "Yo les digo, aquel que crea en mí, hará lo mismo que yo, y más grandes obras que estas hará". ¿Y qué dicen de los nuevos niños que están surgiendo en todo el mundo? Ellos son capaces de hacer lo mismo que hacía Jesús, y la ciencia ha documentado esto en prestigiadas y populares revistas y diarios como Nature Journal y Ovni Magazine.

Los científicos no saben cómo pueden estos niños crear estos increíbles fenómenos psíquicos, pero registran lo que están haciendo. Eso es un hecho. ¿Entonces cómo encaja el espacio sagrado del corazón con todo esto? Antes de que pueda explicar, primero debemos mirar cómo crea la mente un milagro y después compararlo con la manera en que lo hace el corazón.

Creando desde la mente

Frecuentemente, cuando haces oración a Dios por algo que sientes que necesitas, nada sucede. The Isaiah Effect pone en claro por qué esto es así. Los rollos antiguos dicen que cualquier milagro empieza con atención, o enfocar la mente: pones la atención de tu mente en lo que quieres que suceda. Por ejemplo, digamos que quieres sanarte a ti mismo de una temida enfermedad y por lo tanto enfocas tus pensamientos en sanar esta parte especial de tu cuerpo. Por supuesto, no es suficiente para que algo suceda en realidad, pero es un paso esencial para el proceso de sanación.

Después de la atención, añades intención. Para continuar nuestro ejemplo, después de que has puesto tu atención en la parte afectada de tu cuerpo, tú tienes la intención de que la enfermedad se vaya. Pero esto tampoco es suficiente. Otras tres partes deben estar involucradas o nada sucederá: el cuerpo mental, el cuerpo emocional y el cuerpo físico.

El cuerpo mental, o la mente, debe ver la parte del cuerpo que se quiere sanar, debe sostener la imagen de esa parte del cuerpo completamente sanada y saludable, sin tener nada mal. Y debe saber con certeza que esta sanación puede tener lugar ahora o tendrá lugar en un tiempo específico, dependiendo
de lo que tú puedas aceptar.

¿Puedes aceptar sanarte instantáneamente?
¿O crees en un patrón que necesita más tiempo? Este conocimiento es esencial, pero aún no es suficiente.

Lo siguiente es que el cuerpo emocional se comprometa. Debemos sentir la emoción de cómo será estar completamente sano, sin tener más la enfermedad.

Tú debes realmente sentir esta emoción, y que no sólo sea tu mente pensando que sientes esa emoción. Esta es una parte engañosa para muchos, pero sin que el cuerpo emocional se comprometa, absolutamente nada pasará.

Y aún esto no es suficiente. Puedes estar orando para ser sanado; tu atención puede estar totalmente en la enfermedad; tu intención puede ser que la enfermedad sane; tu mente puede saber que tu cuerpo es sanado o va a ser sanado; y tu cuerpo emocional puede estar sintiendo la emoción, la alegría, como si tu cuerpo estuviera completamente sano. Pero mientras la tercera y última parte no esté comprometida, nada pasará.

Cuántas personas han orado para algo usando todo lo anterior, sabiendo que sucedería, llorando por horas para que suceda y simplemente no sucede. Esto es porque la última parte no se ha traído a la ecuación.

Es la parte que casi todos olvidan o no reconocen.

La parte final, el aspecto olvidado, es el cuerpo físico. Somos completos. Debemos sentir la parte de nuestro cuerpo completamente normal y sanada. Esto no significa sentir un patrón mental o búsqueda consciente dentro del cuerpo. Por el contrario, significa realmente tener sensaciones corporales en las cuales sientas a tu cuerpo respondiendo. Ya no sientes dolor; en su lugar sientes vitalidad en el área de tu cuerpo que estás enfocando.

Sientes la salud y la belleza de tu cuerpo. Cuando comienza este paso final del cuerpo respondiendo, siempre lo seguirá el milagro.

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